Verdad que sí, a que a todos nos pasa que al empezar un año nos ponemos una meta que curiosamente es la misma o muy parecida a la de años anteriores, es decir que lo único que hacemos es aspirar a por fin cumplir una vieja meta o esperanza. Pero usualmente lo que solemos obtener es la renovación de la misma frustración.

Y aunque no sirva de nada, esas frustraciones son las que nos hacen ver lo inútil que en muchas ocasiones son las promesas que nos autoimponemos. Pero que sería de nosotros sin aspirar a esas pequeñas cosas que nosotros mismos sabemos que nunca vamos a realizar, ya sea por imposibilidad de hacerlo o por la vagancia que es tan frecuente en la sociedad actual.

Ciertamente espero poder quitarme alguna de esas viejas frustraciones, puesto que vivir con alguna de ellas se me hace cada vez más difícil. Veremos que es lo que pasa a lo largo de este año...