POSTED BY paspanno on sábado, marzo 13, 2010 under
Artículo sacado del blog Cosinas de León.

Casa Don Valentin


El proyecto original de Francisco Javier Sanz y Martínez (1892-1955), arquitecto también del Gran Hotel de la Toja, es del año 1923 y contempla la construcción de un hotel (de nombre "Terminus") en la zona que ocupa el actual edificio, más dos bloques de viviendas en la prolongación del solar hacia el norte, todo ello promovido por el industrial Valentín Gutiérrez. La iniciativa surgía ante la proximidad de la estación de ferrocarril y junto a la conexión con la ciudad a través del puente de hierro de E. Saavedra (1863).
A la vista del proyecto que se conserva en el archivo municipal, en la ejecución sufrió notables modificaciones, tanto en altura como en distribución y diseño de fachadas. Inaugurado en 1929, se destinó al uso previsto sólo una pequeña parte del edificio con el nombre de hotel del Norte, también por referencia a la cercana estación de ferrocarril. Más tarde todo el edificio quedará destinado a viviendas de renta. El portal del chaflán conserva los vanos que daban acceso a la oficina y sala-escritorio del proyectado hotel.


La fachada del edificio finalmente construido, inspirado en el estilo cosmopolita de los grandes hoteles madrileños levantados años antes y que seguían el modelo iniciado por el Gran Hotel (1867) de C. Brodrick en Scarborough (Yorkshlre. Inglaterra), se compone de tres cuerpos superpuestos, muy diferenciados horizontalmente: un basamento pétreo almohadillado que abarca dos plantas; un cuerpo central a partir del balcón volado de la planta principal, que contrapone a los vanos -decrecientes en altura en las diversas plantas conforme se asciende y recercados en toda la vertical- un remate horizontal de galerías con volutas pareadas que sostienen un potente voladizo en el quinto piso; y, por último, la coronación, resuelta con una terraza retranqueada y cubierta inclinada con mansardas. Verticalmente la fachada se resuelve con dos elementos en chaflán rematados por cúpulas octogonales y paños intermedios de ladrillo, limitados en los extremos por galerías voladas continuas que se completan con frontones muy ornamentados de inspiración rococó.
La construcción tuvo cierta dificultad por cimentarse en zona de aluvión, lo que exigió utilizar pilotes de madera de roble y grandes zapatas de hormigón, aunque el resto es de muro de carga de ladrillo en dobles crujías y forjado de vigueta metálica y rasilla de ladrillo, excepto el local de la planta baja que se resuelve con pilares de hierro roblonado -aunque el proyecto menciona hormigón armado-, y los forjados de la última planta y la cubierta que se ejecutan con madera. Se utilizaron materiales de calidad: basamento de caliza, fachada de ladrillo macizo, piedra artificial y revocos pétreos, cubierta de pizarra con cúpulas y buhardillas de zinc, portales y cajas de escalera con zócalo y peldañeado de mármol blanco y negro, puertas de gran formato en forja para los portales y madera para las viviendas, entarimados de pino norte en el interior, miradores y ventanas de madera, torpemente sustituidas por aluminio en algunos pisos,... Para la Iluminación del sótano se Introduce el uso de vidrio moldeado en lucemarios a nivel del pavimento. Fue de los primeros edificios en la ciudad que dispuso de ascensor, aunque se ha perdido el original de madera -encajado entre las barandillas del hueco de escalera- espacio que ha visto alterada su imagen al incluir cierres opacos para la nueva caja del ascensor.
Durante la guerra civil, fue uno de los edificios a los que se le asignaron usos defensivos ya que, por tener sótano, se consideraba que podía utilizarse como refugio para la población civil frente a posibles ataques aéreos. Un incendio arrasó la cubierta en 1993, siendo reconstruida prácticamente en su forma original. El rótulo del callejero situado en la fachada sur, está tallado por Julio del Campo Porta, conocido por las escuelas que promovió en la calle de su nombre, donde esculpió bajorrelieves e inscripciones en toda la fachada.
Las proyectadas casas de alquiler para el resto del solar -en dos bloques iguales de cuatro viviendas por planta, incluso en semisótano- y que afortunadamente no llegaron a construirse, hubieran sido ejemplo, frente al edificio hotelero, de especulación y hacinamiento, por la ocupación absoluta de la parcela con estancias indiferenciadas de 6 m2 de superficie media -casi todas interiores y con ventilación a través de otras o de patinejos de hasta 4 m2-, dormitorios con acceso a través de las cocinas, cuartos de aseo reducidos al espacio para el inodoro..., lo que, como consecuencia de otros muchos intentos que sí se llevaron a efecto, obligaría a establecer una normativa sobre condiciones mínimas de habitabilidad de las viviendas, ya tardíamente, en 1944.

Fuente: Colegio de Arquitectos de León
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