Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay. En un matrimonio hay tres personas: el hombre, la mujer y la tercera persona formada por los dos.
Yo no invento, sólo miro por detrás de lo que ya existe.
No creo en dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia.
La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva.
Las tres enfermedades del hombre actual son la incomunicación, la revolución tecnológica y su vida centrada en su triunfo personal.
Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos.
Pienso que todos estamos ciegos. Somos ciegos que pueden ver, pero que no miran.
¿Qué clase de mundo es éste que puede mandar máquinas a Marte y no hace nada para detener el asesinato de un ser humano?.
|