POSTED BY paspanno on viernes, marzo 27, 2009 under
C'est la vie!
Tu m'as souri aujourd'hui
et je suis content parce que j'ai combiné
tous les facteurs pour tuer,
pour tuer ton indifférence,
je sens ta présence,
le parfum des instants jolis...

Ma chérie! Je pense à tes yeux chaque nuit...

uuuunmmmmm ummmmnn ummmmmm ummmm
je pense à tes yeux
(x3)

c'est la vie! jajajaja

ummmmm
c'est la vie, tu m'as embrassé aujourd'hui
et la tristesse a disparu, nous l'avons vaincue.
J'ai bu les larmes qui avaient coulé sur la rue,
sur la rue des rêves perdues
où j'ai vu ton visage qui de nouveau m'est apparu...

uuuunmmmmm ummmmnn ummmmmm ummmm uuuuuuuuu uuuuuu
je pense à tes yeux
(x3)

Pienso en tus ojos, pienso en tu boca,
pienso en tu cuerpo, niña sin ropa,
no voy a dejar la vida pasar sin tu amor
(x2)

uuuunmmmmm ummmmnn ummmmmm ummmm uuuuuuuuu uuuu
je pense à tes yeux
(x3)



On ne peut pas te chercher une autre fois,
ça va, ça va bien. Viens, viens ici, auprès de moi.
Pas de lois, pas de règles. Un, deux, trois ou quatre mois.
Beaucoup de temps pour moi, on n'accepte pas un au revoir
Je suis prêt déjà...

Mon amour, tous les jours dans ma tête, je deviens fou
(x4)

POSTED BY paspanno on jueves, marzo 26, 2009 under
Otro vídeo que no me puedo resistir a colgar, McCoy uno de los más impresionantes pilotos en cuánto a espectacularidad. Como derrapaba con una 500.
POSTED BY paspanno on jueves, marzo 26, 2009 under
No me he podido resistir a recordar la carrera de Laguna Seca del año pasado, con la gran lucha que hubo entre Rossi y Stoner con quizá el adelantamiento mejor, a la par que más suicida, que se ha visto desde hace mucho tiempo por un grandísimo campeón.
POSTED BY paspanno on lunes, marzo 23, 2009 under


 

'Nostrapacus': si quiere saber su futuro escuche las predicciones de Paco González

POSTED BY paspanno on sábado, marzo 14, 2009 under
Apalpacoños ahora es la calle de Don Gutierre. Es una calle del barrio humedo de Leon que en el siglo XV en los archivos del cabildo de Leon ya aparecia como ese nombre.

Hubo epocas en las que se conocio como Don Gutierre, epocas en las que se conocio oficialmente como Apalpacoños

En los 40 y 50 en alguos callejeros municipales borraron misteriosamente la calle, y en otros aparecia simplemente Apalpa C.

«¿Focu, focu?», preguntaban los soldados alemanes a finales de los años 30 cuando entraban por las angostas calles del Barrio Húmedo. Los marrós (proxenetas) más avispados no tardaban mucho tiempo en entender que buscaban Apalpacoños, expresivo nombre para una calle donde históricamente se han concentrado las «mocitas de munición», como las bautizó la Pícara Justina.

De todo eso se acuerda muy bien Dativo, vecino de Puerta Moneda desde hace 93 años, tantos como tiene. «Con todo el esperma que se ha dejado en esa calle se solucionaba el problema de la natalidad en España», comentan en el corrillo del bar donde el nonagenario se está tomando un chato de vino a media mañana.

Y no es que les falte razón. La calle que hoy agoniza ante el avance del nuevo urbanismo -las centanarias casas con balconadas han sido demolidas, y ya sólo queda una vivienda donde se practica el viejo oficio- se conoce desde hace siglos, aunque su origen sigue siendo tan confuso como empinada es la cuesta de los 22 escalones.

El documento más antiguo al que ha tenido acceso este periódico data de 1465, y es el libro de visitas de casas del Cabildo de León. Tanto en esta obra como en el Códice 51, que recoge las bodegas, corrales y huertos propiedad de la institución en 1490, ya aparece registrado el nombre de Apalpacoños. En esta calle, la Iglesia poseía siete casas y cinco bodegas, de las que dos estaban ocupadas por cléricos y el resto por seglares. No se trataba de grandes construcciones, sino que podría tratarse más bien de híbridos casa-bodega.

El contrapunto a la fuente eclesiástica lo pone la leyenda de Genaro Blanco, alias «Genarín». Asegura Maximino Barthe, miembro de la cofradía del santo pellejero, que su primer orujo mañanero siempre lo tomaba en la taberna de «El Perrito», ubicada en la plaza del Grano, esquina con la calle Don Gutierre, nombre que conserva en la actualidad. La tasca tenía «visillos de rojo-vino y aposentamientos de madera», describe el escritor y cronista oficial de la ciudad Victoriano Crémer en su obra «León insólito, ayer y hoy». Y de la calle en cuestión dice así: «...la del Barranco, porque barranca fuera y desagüe tumultuoso de la plaza de Don Gutierre, también escondite y apaño de raiditas mujercitas...».

No obstante, «Genarín» no solía frecuentar las casas de citas de esta zona, sino que se movía por el barrio de San Lorenzo, lugar también de pecaminosos encuentros.

Don Gutierre, Apalpacoños, también ha sido conocida en la memoria popular como Barranco del Lobo y Pinganiello, aunque pocas placas y documentos oficiales existen al respecto. En 1944 no existía oficialmente como vía. O quizá sí, puesto que la censura de la Administración en aquel momento pudo borrarla del mapa, como en 1958 lo hizo reduciendo su nombre en los callejeros a «Apalpa C...». Diez años después ya era calle, pero con el nombre del caballero leonés, tal y como recogen varios documentos, entre ellos el Nomenclator de las Vías Públicas de la muy Noble, muy Leal y muy Ilustrísima Ciudad de León, que viene a retomar el nombre dado en el plano de la ciudad de José Manuel Ruiz de Salazar (1889), donde se recoge como callejón de Don Gutierre.

Calle de siete familias

Los papeles que aguarda el Archivo Histórico Municipal, entre ellos los padrones de principios de siglo, dan una idea del perfil de lo que era Apalpacoños en los primeros años del siglo XX. Vivían siete familias. Eran emigrantes de los pueblos, la mayoría jornaleros, zapateros, camareros, algún dependiente, amas de casa y escolares, pero estos últimos muy pocos.

La ley sólo permite desvelar estas estadísticas después de cien años, por lo que no es posible averiguar la evolución de esta calle a mediados de siglo, aunque todavía queda mucha memoria popular que hace de su historia un poco más de leyenda.

«Las mujeres se han ido muriendo y los dueños de las casas las han tirado, sólo quedamos nosotras», dice quien todavía vive de las elegantes citas. Ellas y una abundante colonia de gatos que sobrevive gracias a sus favores.

«Son celestinas. La mitad de las mujeres que han vivido en esa calle eran de la vida», explica un hombre autotatutado. Conoce de sobra el barrio. Y también la historia de muchos «marrós» que ahora están acomodados con «industrias muy bien montadas», lejos de la vida que llevaron en Apalpacoños.

Fauna muy diversa

Charla con Dativo y otro vecino de la zona en un bar, junto a la iglesia del Mercado. Renuevan el recuerdo y les viene a la mente La Tanita, un querido vendedor de castañas que gritaba en su puesto «¡No hay castañas como la mía y la de mi tía María!». La Tanita, dicen las crónicas que murió empalado junto a la presa de San Lorenzo, forma parte de esa fauna del barrio, leyendas de tabernas y bodegas.

Sólo se tiene en pie el número 4 de una calle que hoy lleva nombre de nobles. Pero la memoria popular no olvida a esa colonia femenina que ha poblado históricamente la enconada cuesta.
POSTED BY paspanno on sábado, marzo 14, 2009 under
Otro artículo sacado de http://elleoncurioso.blogspot.com, en el cuál se nos enseña la historia de una de las fuentes más emblemáticas que tiene la ciudad.


La fuente de Neptuno se instala en la Plaza de la Regla en el año 1789 por iniciativa de Carlos IV y de "el común de los vecinos".


Está compuesta por un gran pedestal central sobre el que aparece sentado encima de un delfín, Neptuno, dios de las aguas, con túnica y corona de laurel. Está sujetando un una jarra con la mano derecha y un tridente con la izquierda. Esta parte la realizó Mariano Salvatierra, que también hizo el león de la fuente de San Isidoro. En la parte inferior de la fuente y rodeando el pedestal hay tres tritones con sendos gansos, obra del escultor Félix Cusac, autor también de los angelotes de la fuente de la Plaza del Grano.


Los caños, que echan el agua a unas conchas de piedra, están situados a una altura adecuada para la función para la que fue pensada la fuente en origen, que no era otra que la de abastecer de agua a la ciudadanía de finales del siglo XVIII, bien directamente, bien por medio de las aguadoras que se encargaban de llevar el agua a los domicilios de todo aquel que pudiera pagarlas.


La fuente estuvo ubicada en la Plaza de la Regla, delante de la catedral hasta que en 1913 se decide desmontarla con la excusa de que impide contemplar en toda su plenitud la belleza de la misma.


En 1931, ocupando la alcaldía Miguel Castaño, se monta en la Plaza Mayor, esta vez con una ligera inclinación, y permaneció ahí dando servicio a los vecinos de la zona y a todos los que acudían al mercado, hasta que en 1943 se vuelve a desmontar, yendo a parar sus restos a los almacenes municipales.


Ejerciendo como alcalde de la ciudad de León José Eguiagaray Pallarés, en el año 1949 se recupera de nuevo la fuente de Neptuno, decidiendo darle ahora un uso decorativo, y se monta de de nuevo en el jardín de San Francisco, ubicación en la que ha permanecido hasta ahora y parece que ya, de manera definitiva.


POSTED BY paspanno on sábado, marzo 14, 2009 under
Aquí traigo un artículo acerca de una de las casas de León que más me gusta. Está sacado de este blog http://elleoncurioso.blogspot.com, al que quiero dar la enhorabuena puesto que es muy bueno.



En León existen muchas casas y edificios con nombre propio, que en la mayoría de los casos lo han heredado de la persona que en su día promovió su construcción.

Fachada, lado Padre Isla

Ése es el caso de la “Casa Goyo”, que debe su nombre a Gregorio Fernández, hombre adinerado que le encargó a Manuel de Cárdenas en 1920 el proyecto de un edificio destinado a viviendas.

Casa Goyo, hacia 1925

El edificio se proyectó con ocho plantas en total (contando la planta baja), lo que le convirtió en el edificio más alto de la ciudad en esos momentos, después de la catedral.


La Casa Goyo fue el primer edificio de León que incorporó un ascensor en su proyecto para así evitar la tediosa, mareante y cansadísima tarea de subir escaleras. (El primer ascensor de España se había instalado en Madrid en 1877, cuarenta y tantos años antes)

Mesón del Pico, hacia 1890

La ubicación que se escogió para situar el edificio fue el solar que ocupó hasta entonces el Mesón del Pico, propiedad de José Unzueta Vizcaíno. Este mesón ofrecía alojamiento a carreteros, arrieros y ganaderos de paso por la ciudad o que acudían a las ferias de ganados que se celebraron hasta 1917 en el lugar que hoy ocupa el Instituto Juan de la Encina y que ocupó en su día en Instituto General y Tecnico Padre Isla.

Mesón del Pico, hacia 1910

Es posible que el nombre de Mesón del Pico le viniera dado por la forma del edificio, que semejaba una punta de flecha apuntando directamente a la Plaza de Santo Domingo.

Callejero de León - 1901

El mesón tenía servicio de transporte hasta la estación de ferrocarril, un servicio que se consideraba imprescindible en aquellos años.

Plaza de Santo Domingo en la actualidad

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